Vengo a hablaros de Ortega, aquel filosofo español que anduvo alumbrándonos con su pluma, desde la publicación de su primera obra Meditaciones del quijote alla por el año 1914 hasta hoy mismo, o mejor dicho hasta mañana, un mañana que no acertamos a indicar, porque las vidas se apagan, pero las plumas y lo legado nunca lo hacen.
Y no vengo a profundizar en su filosofia, que para eso ya hay otros que sin duda lo haran con mejor tino y mas acierto. Sino a contaros algo, algo interesante, y que no es realmente mucho más que un pequeño análisis de la suerte que tenemos de contar entre nuestros ilustrados con este hombre, con José ortega y Gasset.
El qué quiero decir con esto del análisis de esta suerte es lo que he venido a tratar con vosotros.
Es parte de este, llamemoslo espíritu, aquello a lo que más dificulta el acceso una traducción. Con lo cual no pretendo indicar que dicho espíritu sea inalcanzable ni tampoco menospreciar, ni mucho menos la labor de los traductores, pues resulta una tarea terriblemente compleja y a la que sin duda alguna debemos el poder hablar hoy en dia de la cultura europea tal y como la conocemos, sino solamente apuntar aquello que ya todos sabemos, no hay nada como leer al autor en su lengua original.
Desde luego lo que no vamos a negar el matiz que dicha profesión imprime a su filosofia, sin embargo, a mi entender este matiz afecta exclusivamente a su forma de alcanzar a los lectores y apresarlos con un verbo realmente encomiable.
Hay una frase que según el propio Ortega resume su filosofía, y es una frase que seguramente conocemos todos; Yo soy yo y mi circunstancia…sin embargo en numerosas ocasiones se omite la segunda parte de esta sentencia, que resulta igualmente importante que la primera y la completa de la siguiente manera;
No hablamos de un mundo en abstracto sino de aquel que se nos impone a cada uno en nuestra vida. Este es otro de los conceptos que no podemos dejar escapar.
La vida es el principio del cual todo parte, en el sentido de que en ella es donde se da un yo y donde este se encuentra rodeado por una circunstancia. Por esta razón Ortega nos habla de la vida como realidad radical, o si lo preferís como realidad última, es decir, aquella a la que remiten todas las otras.
No nos es posible concebir un yo sin una circunstancia que lo rodea y envuelve, por esto introduce ortega a la circunstancia en la propia definición del yo.
Recordémosla entonces, decia: ...y si no la salvo a ella no me salvo yo.
Es decir, la vida es problema a superar, decisión a tomar y la toma de esta decisiones se constituye como la propia manera de llevar adelante nuestra existencia .
La circunstancia a de ser superada y en mi opinión se supera en el vivir mismo, ya que como nos decía Kierkegard es imposible no elegir, incluso cuando decidimos no hacer nada ya estamos tomando una decisión vital. Desde luego hay multitud de formas de afrontar la circunstancia, tantas como los modos, en definitiva de vivir la vida.
Sin embargo cuando hablamos de la superación de la circunstancia no nos referimos solo a dejar atrás ciertos escollos propios de nuestra ubicación en el mundo, sino de al mismo tiempo hacerlos valer, no olvidarlos. Esto podemos encontrarlo rejlejado en la sabiduría popular cuando a menudo se aconseja no olvidar de donde proviene uno.
Reconocer, por tanto, mi circunstancia, afrontarla, superarla y llevarla siempre conmigo.
Es por ello que en numerosas ocasiones nos habla de la tremenda necesidad de la europeización de España, y concretando un poco más de su necesaria germanización, sin perder por supuesto sus raices e ideosincracia propias, pero si importando parte de la cultura floreciente en Alemania.
El poder del concepto era una de las necesidades de nuestro pais, esta es parte de la circunstancia de Ortega y la cercania y las formas de su filosofía eran, ademas de su contenido, su manera de superarla.
La obra de la que os hablo fué la primera a la que tuve acceso gracias al profesor D. Manuel Barrios, al que algunos de ustedes conocereis y al que le agradezco mucho el haberla incluido en una asignatura que impartia en primero de carrera, una asignatura introductoria del mundo de la filosofía.
El titulo es precisamente ¿Qué es filosofia? Y os animo a todos a hincarle el diente, pues no tiene desperdicio y como os decia antes, con ella vais a tener el placer de contar a cualquier hora con un profesor particular, ahí, en vuestro bolsillo.
1 comentario:
Como ya sabes, la obra que mencionas y recomiendas, también fue la primera que yo leí. Pero no sólo la misma obra, sino el mismo ejemplar. El mismo que en tu día te "llenó los bolsillos", llenó después los míos. Te doy las gracias por ello.
La obra, cuanto menos, hizo que me comprara otras dos obras suyas, también de bolsillo.
pd. Falta el chiste de Heidegger.
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