jueves, 8 de mayo de 2008

PONENCIA, David Vizcaíno

ORTEGA Y GASET: EL PROFESOR DE BOLSILLO

Vengo a hablaros de Ortega, aquel filosofo español que anduvo alumbrándonos con su pluma, desde la publicación de su primera obra Meditaciones del quijote alla por el año 1914 hasta hoy mismo, o mejor dicho hasta mañana, un mañana que no acertamos a indicar, porque las vidas se apagan, pero las plumas y lo legado nunca lo hacen.

Y no vengo a profundizar en su filosofia, que para eso ya hay otros que sin duda lo haran con mejor tino y mas acierto. Sino a contaros algo, algo interesante, y que no es realmente mucho más que un pequeño análisis de la suerte que tenemos de contar entre nuestros ilustrados con este hombre, con José ortega y Gasset.

El qué quiero decir con esto del análisis de esta suerte es lo que he venido a tratar con vosotros.

El titulo de esta ponencia es Ortega y Gasset: el profesor de bolsillo. Bajo tal rótulo vive la idea de que con este autor podemos llevar siempre con nosotros a un maestro en el bolsillo,y no uno cualquiera, sino uno de los buenos.

Esto se debe a dos motivos fundamentales; uno que podríamos calificar de material, y otro que se desliza por los terrenos de la metodología, es decir, de la forma que tiene este autor de acercarnos su conocimiento.

El material no es otro que el hecho de que la gran mayoria de sus obras, sino todas, estan editadas en grandes volúmenes lujosos, con caras encuadernaciones en piel y tambien en libros de bolsillo, mucho mas acordes con presupuestos más humildes; el otro motivo, que pasa por ser el más importante es el estilo y la cercanía de Ortega.

La cercanía de la que hablo es la que nos ofrece la cultura, Ortega es español y eso es un mundo, y es un mundo porque se nota, sobre todo si como nos dice en una de sus obras no solo es español sino que escribe para españoles, es gran conocedor de la situación estructural del pais, de sus gentes y de las necesidades de la epoca, de manera que en sus libros no cuesta ningún trabajo sentirse no ya reflejado, sino comprendido.

El que sea español tambien entraña desde luego que de entrada y de un plumazo nos vamos a quitar de encima el incordio de las traducciones, y no solo porque estas sean malas o buenas, sino porque una traducción siempre entraña una interpretación y es por ello que se pierde parte de lo que nos transmite el autor original de la obra. Porque no solo se pierde la imposibilidad de, por ejemplo, la traducción de los bien llamados juegos de palabras intraducibles, sino porque todo autor, toda persona en ultima instancia se haya inmersa, utilizando una expresión muy ortegiana, en una circunstancia y parte fundamental de la misma es la cultura en la que uno esta inscrito, en la que uno se ha desarrollado como persona, en la que uno ha nacido.

Es parte de este, llamemoslo espíritu, aquello a lo que más dificulta el acceso una traducción. Con lo cual no pretendo indicar que dicho espíritu sea inalcanzable ni tampoco menospreciar, ni mucho menos la labor de los traductores, pues resulta una tarea terriblemente compleja y a la que sin duda alguna debemos el poder hablar hoy en dia de la cultura europea tal y como la conocemos, sino solamente apuntar aquello que ya todos sabemos, no hay nada como leer al autor en su lengua original.

Sin embargo, y volviendo al tema que nos ocupa, no es esta la única ventaja, Ortega no solo es filósofo sino que es tambien, y quizá entiendan algunos que sobretodo, periodista, de hecho bajo su dirección se creo una de las revistas de mayor reconocimiento del S.XX la Revista de Occidente.

Desde luego lo que no vamos a negar el matiz que dicha profesión imprime a su filosofia, sin embargo, a mi entender este matiz afecta exclusivamente a su forma de alcanzar a los lectores y apresarlos con un verbo realmente encomiable.No podemos obviar que la gran mayoria de las obras de Ortega son compilaciones de artículos publicados en varios periódicos, sobre todo en El Sol, y de cursos o conferencias universitarias. Esto refuerza la percepción de profesor que de él puede tener el lector.

Hay una frase que según el propio Ortega resume su filosofía, y es una frase que seguramente conocemos todos; Yo soy yo y mi circunstancia…sin embargo en numerosas ocasiones se omite la segunda parte de esta sentencia, que resulta igualmente importante que la primera y la completa de la siguiente manera;

Yo soy yo y mi circunstancia…y si no la salvo a ella no me salvo yo.

En esta frase podemos encontrar tanto el germen de la filosofía ortegiana, como la razón de que la misma no se encuentre sistematizada en un solo libro del que podamos decir; toma, aquí tienes la filosofía de Ortega.

El yo y la circunstancia son dos conceptos básicos en su filosofia. El significado de esta primera parte podemos resumirlo en la idea de que todo hombre se haya inscrito en una circunstancia, en una realidad que se le presenta como problema a resolver, el mundo es así un gran enigma ante nosotros, un gran problema con el que nos las tenemos que arreglar.

No hablamos de un mundo en abstracto sino de aquel que se nos impone a cada uno en nuestra vida. Este es otro de los conceptos que no podemos dejar escapar.

La vida es el principio del cual todo parte, en el sentido de que en ella es donde se da un yo y donde este se encuentra rodeado por una circunstancia. Por esta razón Ortega nos habla de la vida como realidad radical, o si lo preferís como realidad última, es decir, aquella a la que remiten todas las otras.

No nos es posible concebir un yo sin una circunstancia que lo rodea y envuelve, por esto introduce ortega a la circunstancia en la propia definición del yo.

Si recordamos ahora la segunda parte de la sentencia mencionada, posiblemente aparezca con otra significación.

Recordémosla entonces, decia: ...y si no la salvo a ella no me salvo yo.

Es decir, la vida es problema a superar, decisión a tomar y la toma de esta decisiones se constituye como la propia manera de llevar adelante nuestra existencia .

La circunstancia a de ser superada y en mi opinión se supera en el vivir mismo, ya que como nos decía Kierkegard es imposible no elegir, incluso cuando decidimos no hacer nada ya estamos tomando una decisión vital. Desde luego hay multitud de formas de afrontar la circunstancia, tantas como los modos, en definitiva de vivir la vida.

Sin embargo cuando hablamos de la superación de la circunstancia no nos referimos solo a dejar atrás ciertos escollos propios de nuestra ubicación en el mundo, sino de al mismo tiempo hacerlos valer, no olvidarlos. Esto podemos encontrarlo rejlejado en la sabiduría popular cuando a menudo se aconseja no olvidar de donde proviene uno.

Reconocer, por tanto, mi circunstancia, afrontarla, superarla y llevarla siempre conmigo.

Todo esto brota de la famosa sentencia de Ortega, ese maestro al que aludía hace solo unos minutos. Y esto es en definitiva lo que él trata de hacer, no vengo yo a juzgar si lo hizo o no adecuadamente, pero en su propio modo de filosofar se desliza esta intención; artículos periodísticos, ensayos, apéndices, recopilaciones de cursos universitarios, conferencias, desde luego son formas de acercarse al público, de acercarse a los españoles, de acercarse a un país que en definitiva y , por supuesto en su opinión, se encontraba necesitado de un impulso cultural, de una lluvia de conceptos e ideas nuevas que Ortega entendía que se encontraban en Europa, estamos hablando de la primera mitad del S. XX, sobre todo en Alemania.

Es por ello que en numerosas ocasiones nos habla de la tremenda necesidad de la europeización de España, y concretando un poco más de su necesaria germanización, sin perder por supuesto sus raices e ideosincracia propias, pero si importando parte de la cultura floreciente en Alemania.

El poder del concepto era una de las necesidades de nuestro pais, esta es parte de la circunstancia de Ortega y la cercania y las formas de su filosofía eran, ademas de su contenido, su manera de superarla.

Por último me encantaria recomendaros una obra muy conocida de este autor, donde podeis sin duda ver reflejado mucho de lo que hoy he venido a compartir con vosotros.

La obra de la que os hablo fué la primera a la que tuve acceso gracias al profesor D. Manuel Barrios, al que algunos de ustedes conocereis y al que le agradezco mucho el haberla incluido en una asignatura que impartia en primero de carrera, una asignatura introductoria del mundo de la filosofía.

El titulo es precisamente ¿Qué es filosofia? Y os animo a todos a hincarle el diente, pues no tiene desperdicio y como os decia antes, con ella vais a tener el placer de contar a cualquier hora con un profesor particular, ahí, en vuestro bolsillo.

1 comentario:

Fatuo dijo...

Como ya sabes, la obra que mencionas y recomiendas, también fue la primera que yo leí. Pero no sólo la misma obra, sino el mismo ejemplar. El mismo que en tu día te "llenó los bolsillos", llenó después los míos. Te doy las gracias por ello.

La obra, cuanto menos, hizo que me comprara otras dos obras suyas, también de bolsillo.

pd. Falta el chiste de Heidegger.